sábado, 14 de junio de 2008

El psicólogo de granos.

Cuento una historia real, casi ficticia dentro de mi alcoholizad casi nata, que a uno lo va frustrando la realidad.
El quería hacer dibujos animados, basándose en su animosidad por las realidades virtuales interactivas, que ya había dejado de amar, hace unos tiempos pre estudio, pre conciencia universitaria, como quien nos diria, bajo un hechizo empalagador.
Hace un tiempo estaba eraseando viejos recuerdos de su semblante, eran como fotos, pero con la sofisticación que le da la fotografía, nítida.
Tiene eso mágico que no da el movimiento y el tiempo.
Tiene eso fastidioso que nos encuentra en el momento justo del odio. Sol a sol, leche a leche.

Unos ¿4? Meses mas adelante lo encuentro en esta virtualidad, el habla de sus ganas de querer perforarse, ponerse un arito, o como mierda le digan los que no le tienen fobias a las agujas.
Su amor lo había partido.
En su espalda llevaba pequeñas manchas de su amor casi perdido.
Las explotaba sin razón, pero su razón le daba nostalgia y hambre de futuro RAPIDO.
Pero llego el día, y dejo de explotárselas.

Llevo la vida piratezca de la adolescencia a dejarlo lúgubre, pensando en el futuro dulce que se encontraba.
Su parche en el ojo le decía, negro: queremos MÁS.
Pero será la costumbre puta, que llego el día que volvio.
Después de la humillación que le había hecho sentir.

Pero llego, el famoso 28 de abril.
Con la mañana, a punto de comenzar su misión apolística.
La llamada no llego, el hecho de la comunicación atravez de cables no fue lo suyo.
Llego después de algunos dias (un par de pares, tal vez, duro poco la vigilia).

Persona celosa, digno de su orgullosismo.
Perdura, pero sigue latiendo, y sus manchas siguen creciendo en su espalda.
Eran idas y vueltas, legua acida.
Pero el pibe volvía, le gustaba la clandestinidad del amor no correspondido, que el creia ser el cartero.

Tuvo relaciones con otras, pero nunca en su pacto amoroso.
De ellas se aburrio, ellas quieren al borrego Kananga que se las juega de traidor, payaso barranquero que confunde la solicitud.
Las noches pasaron, pero su barco tenia una bandera, y no era otra… era la misma que en el pasado sangriento, que tenia todavía soberanía en su espalda.

Si queremos poner nombres, ella es Alejandra.
El es Esteban.
Ella era excelente para el, lo que el la soñó, el acido que el necesitaba para flashearla.

Esteban, noches de Gesell, amigos careteros, solamente eran una factura falsa mas para la AFIP.
Fue fiestera la noche, lujurias pasaron y cuernos se crearon.
Sin dudas, el amigo después anónimo desenmascaro la farsa creada por el alcohol.

Pero la realidad, es que después de algunas llamadas, el de arriba quiso mas para estos, y asi fue, que volvieron.
El era celoso, el era calentón, pero no hay mas epítetos (no que quiera, Y PUEDA mencionar).

Era la noche, el en boxers, ella fuera, jineteando la tempestad, con sus amigas, y su amigo el alcohol.
Pero llego, y fue la culpa, lo que siguió creiciendo en sus espaldas.
Gracias a dios, llego la noche que los reconcilio.
No quiero decir mas, no me siento pertinente.
Solamente tiro las gracias, al amigo que dejo escribir esta gilada, de un gilastun.




Sebastian: "es algo que escapa de mi"

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