martes, 22 de febrero de 2011

Disciplina


No encuentro una imagen simil, adecuada al texto, que no quieran conceder un posible intento gnostico sobre mi proceder.


No sabiendo de que disciplina se trataba,
Un par de golpes tardíos pensaban que faltaba,
Ponerlos un poco al fuego,
Basado en la inocencia, que con chicos trataba,
No sabía que ellos no conocian todabia el perdonar.

Sin querer a ellos los trataba, esa prófuga infancia,
Ellos no querían retratar.
Persiguiendo sueños,
A veces malograba gotas dos perfidias maldades,
Cuando su persistencia no sabía como conjugar.

Y aquí están, ellos lo imponen,
Un juicio poco sano, a momentos poco claros.
Deporte sano, noble y limpio,
Un par de ojos poco cognitivos
No hay respuesta alguna, nadie quería preguntar.

Ante ojos atónitos,
Mil destrezas cautivan,
Fue de buena crianza,
Es lo que cabe escuchar.

Ellos son, los que queriendo hazañas,
Compartiendo risas querían transformar,
Esas lúgubres palabras,
En poesía heroica y altiva.
Cuando solo un beso,
Los podía apremiar.

Tratándose de enseñanza,
La cúpula obliga,
Par de sueños incumplidos,
Un bigote grande
Que quiere olvidar.

Conociendo la aristocracia,
Esos nobles no permiten conocer,
Una loca búsqueda, esa triste alcurnia,
Que alguien quisiera pertenecer.

Pasando los trastos, alguien desea un canto,
La melodía de su justificada angustia, ya paso,
Una semilla le queda,
Con esa grandeza que grande
Le quedo.

domingo, 20 de junio de 2010

La característica del medio.




Mientras virtualizaba sueños desgastados que intentaron quedarse pegados a mi almohada (por razones que ellos solos sabrán) vuelvo a despertar, no por falta de sueño (que tendría que haber querido recuperar).

De mi campera de cuero -colgada en una silla- nace un sonido que, a pesar de ser aplacado por la puerta cerrada y la distancia, supo saber colarse en mis sentidos. Un timbre mas que conocido (no por su cotidianeidad, sino por su significado, lejos de su estética comercial), un sonido que inmediatamente junta los retazos de humildad y se dispone a tirarlos a la basura, esperando que el recipiente tenga mejor predisposición hacia ellos.

Un solo mensaje, críptico, que por alguna razón hablaba de hadas, tal vez duendes. No lo puedo reescribir (tal vez sea el miedo a recordar un sentido oculto dentro de mi expectación subconsciente).
Una sincera sonrisa destroza mi entumecida gestualidad. No hacia falta mirar el emisor. Su turbia lírica (que admito, descifré con regocijo) arengaba su imagen en realidad poco verosímil.
Seducido por su forma evasiva (y por sobre todo, estúpidamente elocuente) forma de entregarse, no había dudas, estaba en mis manos y con ganas de dejarse perder.

Su forma de mezclar praxis rutinaria, mera casualidad y predisposición a una segunda oportunidad, era realmente apetecible.

Giro hacia el sillón, dos amigos mirando televisión, implacables y sometidos a su tamaña tarea (casi hazañosa diría yo), se voltean para escuchar algo que por mi mueca sobrada (la del 7 de espadas y un poco de ancho de basto) serian buenas noticias.

- Era algo obvio, se tenía que dar así, no quedaba otra.-

Con aplausos acompañados por sus cabezas aprobativas ellos asintieron mi actuar.
Buscaba al menos que inquirieran acerca de mi proeza, pero bueno, con los amigos no se reparten dudas, solamente se adeudan en una cuenta que no necesita ser pagada.

El mismo sonido nuevamente (esta vez mas vago y pero tal vez con mas entusiasmo), me levanto de la cama para encontrar que en mi campera no contenía noticias, ni mensajes, y el buzón estaba cotidianamente vacío.

Dubité intentando recordar números, “es la del medio” pensé, mientras un escalofrío de gozo mezclado con malestar me hizo dejar el teléfono nuevamente en el bolsillo de mi campera.

En el sillón no estaban mis amigos, solo unas barritas de chocolate que comía con desgano, unos libros que leí por inercia y otros tantos que no por su ambigua procedencia. También desparramada en el sillón estaba mi guitarra, que solo el azar dictaba tocarla y solo ella me polarizaba, verla así tirada y desgastada me hacia esperar un momento mas idóneo para disfrutarla.

Y con pocas nuevas opciones solo me quedaba recordar el sueño, y la característica del medio por ser juzgada.
Ésa que no se sabia definir como buena o mala, gran amante poco amada o fiera compañera de palabras tergiversadas.
De esas cosas que amarías odiar.
Le daba valía a mi honestidad y orgullo a mis mentiras.
No solo era su naturaleza ambigua y desconocida, sino también su posicionamiento en mi vida. Que es importante no es secreto, el desprendimiento era su incógnita.
Si quisiera desterrarla, al volver no sería lo mismo y al querer abrazarla no sabría como va a reaccionar.
Siempre la misma, hasta se dio el lujo de sembrar completamente ese sueño.
¿Sería por su empatía que sabe ya no me es servicial, y pelea con sus pocas armas por quedarse, dándose la razón una vez más?

Y yo cansado de la misma discusión, decido hacerle algo de caso.
Marcar un número y esperar que se conteste el llamado haría su poca virtud trivial algo vano.
Decido ver que otras cosas me tira la vida, dispuesto a acceder (mientras ella me deje).
Total por algo la vengo cargando hasta ahora.
Tan mediocre que ni defecto la puedo llamar.
Es la característica del medio, y eso no es poca cosa.

sábado, 24 de abril de 2010

La soledad de la risa (en tercera persona).


Fuera de su casucha, Jean no tenía mucho para decir.

Las risas extrañas lo empalagaban, y el apagón solo se venia con una buena copa arpía, de esas que poco expían.

De las más lindas para brindar, lástima la calidad del cristal.

Marcos, no solo se dejaba, era una persona poco franca.

Cuando una sonrisa lo estremecía, solamente se limitaba a grabarla.

Amaba imaginar que pasaba, mientras su melancolía le pesaba.

Pero el saber que alguien contenía un llanto lleno de optimismo era un apósito para su, al parecer, mal llevada alegría.

Jean dejando noches en vela, vacilando una llamada en espera, espera aún que el reclamo sea grato.

Sin querer sonar barato, no sabia que recuerdos deberían ser velados.

Camina por la calle y la lluvia le da gusto sin par.

Nadie entendía que el deleite provenía del pasado desigual,

Para el las gotas tenían vocación para lavar.

Y no quiere resucitar, prefiere dejarlo solo dentro de su paladar.

Vestía sombreros con pasión hacia la coherencia,

No más temía la falta de banalidad, pero necesitaba resaltar.

Quien sabe si era lo debido, pero le hacia falta lo motívico.

No tenía mucha afinación, pero siempre era la misma canción que cantaba.

Intentando ser desenvuelto para la sociabilidad, la realidad lo desalentaba.

Y con desgano nuevamente se levantaba, arriando y de nuevo a las pocas andadas, que solo dentro de su mente se dibujaban.

Marcos no tenía miedo al hablar, pero prefería simplemente escuchar.

Su opinión era conocida pero poco divulgada,

“Un folletín lírico de ideas gastadas, pobremente usadas”.

Pero cuando veía sonreír a alguien, su discurso se desviaba.

Empatía que se confundía con la rabia, mientras las palabras se desfiguraban con el humo que exhalaba.

Para él fumar era la forma más linda de no decir nada, solo que con su mirada, alejaba posibilidades que ahora en el futuro extrañaba.

Nunca supo que podía perder, pero tampoco quiso encontrarlo, necesitaba sentirse un poco nostálgico.

Remiendo inútil para el pobre romántico.

No tenia clara la concepción del porque, aunque todavía lo sigue intentando.

¿Para que uno cuenta la vida de aquellos que, con acotada simpleza, dan valor al inquisidor en tiempos de amable torpeza?

Callamiento destinado al boceto, para el que no llora por angustias propias.

Al que la mugre no mancha.

Destina fabulas sobre mímicas expresiones que por demás para él no fueron ejecutadas.

Cualquiera fuera su impericia, no puede ser juzgada, menos en su bochorno de quietud.

Tiembla con tangos a la noche, el viejo esta lejos de ser un compadre.

Un ratito más de reproche, no duerme por más sueños que se descorchen.

Tiene miedo de levantarse y sentirse menos persona y más cobarde.

Acorde al corte, la persona marchita de sueños precoces,
A falta de bote,
Necesita de ellos para salir a flote.
Sin importar el rumbo de la deriva,
Ni quien capitanea sus ilusiones.
Que mas quisiera, si solo mis promesas fueran hechas con conciencia.
Son esas cosas que dejas en que "solo pudieran".

martes, 22 de septiembre de 2009

Tangacho del guacho



















Llega rezongando noches de puta sinceridad,

Aquellas que dieron afán para olvidar,

Guiado por besos tan poco dulces como alquitrán,

Sacando lustre al zapato… recogiendo vanidad,

Viene a cantar, el que dice, reza por la verdad.

Y así pasaron y pasaron, tus hits se fueron acumulando.

Volvió a degustar sabores amargos de pasados lejanos,

Esperando el paquete, dejaste años de diamante en bruto,

No fue solo por tu gusto,

Años que resonaron más que petardos.

Y que linda la canción que canta ahora usted señor,

Que muestra de compasión por su creación,

Si imperioso pupilaje amasó en su error,

De los que corrigen al ser cegado en busca de comisión,

Ahora usted polizón, buscado y encerrado, quiere traer redención…

Hey, don, ¿que caminando por la calle lo encontraré?,

Déme refugio, ¿que sin usted como me las apañaré?,

Así hiciste sentir, dolieron tus palabras…

En ellas luego repararé, no fueron meras macanas, dichas por el haber…

Que el que siente esconde, que no chupa sangre ni es noble,

Vampiro de ligerezas, lame poco las tristezas,

En sueños responde, más allá de sus bajezas,

Sueña con ser conde, que la tarde hoy lo propone,

La fuga tiene lista sus camisones, tené preparado arpones,

Que en el ocaso siempre se antepone,

Maldita la cerveza que dejo lista a las traiciones,

Para esos pocos ganadores, que nos vacilan con esos tacones.

Y uno. Dos.

Si querías saber lo que es soñar, ilusiones que robaste de los demás,

Si querías saber lo que es sufrir, no te bastó con saber mentir,

Si acá uno canta pabadas, ‘pal que las sabe van de yapa,

Llego ya el momento, tenés que desistir.

Si querías saber lo que es volar, primero contentáte con querer escapar,

Si querías saber lo que es vivir, no te basta ya con reprimir,

Si a vos que cantás baladas, esta tonada te causa arcadas,

Acordate macho, poco podes redimir.

sábado, 12 de septiembre de 2009

El filósofo


Tiembla mi nuca en la noche todavía tibia,

Me abrazás y tus manos duelen de tan frías.



martes, 23 de junio de 2009

Cortos

Dreamcast


Cuerpo

viernes, 8 de mayo de 2009

Yo pensaba (decile)

Yo pensaba que te conocía,
Solo te hacías,
No te resistías,
Y mis sueños nunca compartirías,
Todo eran más mentiras.

Pero a la noche, ahora que te recuerdo,
No puedo más, desespero.
Ya no me importan más los hechos.
Miento, sabes que te quiero,
Más allá de cualquier pero,
Lo nuestro fue más que un momento de boludeo que se cuenta con minutero.

Siento la gravedad agarrándose de mi mente,
Y tus palabras son balas que mi ser resiente.
Déjame inconciente,
Que sin vos nada se resuelve.

El eco de tus palabras retumba en mi cabeza,
Mientras intento matarte con litros de cerveza.
Ya no interesa.

Sigo buscando las razones por las que deje de amarte,
Mirando por la ventana intentando encontrarte.
Ya no es relevante nada de tu baile embrujante,
Perra andante,
Seguís siendo un circo ambulante.

Pero a pesar de esto que te digo,
Sabes que nuestro deseo es el mismo,
Y si pudiéramos cumplirlo,
Estaría abrazándote, agradeciéndole al cristo.
No hace falta decir “te quiero”,
Pero sabes que mis errores hablan primero.

Y al cruzar la calle, intento encontrarte,
Pedazos de tu semblante,
Recorriendo mí ser errante,
Como un sueño desechable,
Y aunque las noches pasen y la lujuria me hable,
Sabes que busco construir el castillo de sueños que vos derrumbaste.


Quiero que me digas que romper corazones no es tu vocación,
Decime que hacerme sufrir solo fue un error.
Quiero saber que parte de mi te llevaste con vos,
Decímelo ya, a ver si se alivia este dolor.

Hoy no soy más que una parte de tu desastre,
Arrastrándome, buscando una señal,
Que no me haga mal,
Del día que me dejaste.

Yo quería ser tu hombro en los tiempos de melancolía,
Yo quería abrazarte y decirte que todo pasaría,
Yo pensaba amarte como nadie lo haría,
Pero la realidad me golpeo, como solo vos podías.

Yo tenía todo para ser el único que tu corazón elegiría,
Pero el camino se desvió, tu paciencia se cansó,
Y no quisiste pasar una noche de vigilia.
Para vos yo no era nada, solo un bobo que dejarías.

Yo soy el que por sufre las noches sin dormir,
Vos te despertás sonriente,
Mientras yo me quiero redimir.

Yo soy para el que transgredir solo es un verbo.
A pesar de tu sentir, yo no escapo del tormento.

Yo soy el que quiere estar junto a vos todas las noches de este invierno.
Vos sos la que le da letra a este pobre perro,
Patotero,
Versero,
Carroñero,
Pero sobre todo sincero.

Yo soy el que desespera si no estas,
Soy yo el que se queda vagando en ansiedad.
Vos sos la que me da mesura,
En mis tiempos de locura.
Pero pasan las horas y nada me saca esta amargura.

Decile a mi corazón que esta noche no deje de latir.
Dame un poco de razón estoy cansado de huir.
Decile a tu seducción que a la noche no puedo dormir.
Dame un poco de pasión, necesito volver a sentir.

lunes, 4 de mayo de 2009

Cuento: Estoy rodeado




Estoy rodeado, no los puedo ver, pero bien rodeado estoy.
Nadie me lo dice, aunque tampoco tengo a nadie cerca para confirmarlo (nadie que consideraría información fidedigna), pero están ahí, te lo juro, están ahí.

Miro por la ventana y están ahí, esperándome.
Hay por dios, si no tuviera tanto miedo iría.
Vah miedo no es, pero es algo que ronda por esos lugares inhóspitos, cercanos a la soledad.

No me van a hacer daño… posiblemente…
Pero imagínate que hay uno camuflado entre ellos.

Puta, negra… ¿qué te puedo decir yo?
No soy la persona mas honesta que conozco.
Tampoco te podría decir que no lo soy, ahí radica parte del problema.
¿No fui yo quien no se animo a abrir tus cartas?
¿No fui yo el que se marcho sin contestarte?

En parte estoy seguro que si,
Pero parte mía piensa que fuiste vos la que trazo líneas sin sentido destinadas a no ser leídas.
Todo esta hecho para amar me decías,
Pero tu tono cada vez se distorsiona más, cada vez se siente mas acido y más amargo (parece que el tiempo es el ingrediente básico del Fernet).

En el fondo me gustaría que tus palabras hubieran sido grafos dispuestos a golpear y herir, me haría sentir cómplice de un juego que ambos podríamos jugar, sin limitaciones.

Me gustaba cuando vos eras la escritora de mis pasiones y me las vendías en forma de besos y flores (lastima los días que venia sin dinero, no te fiabas, no me fiabas).
Eran esos días en los que me llamaban trovador,

Esos días cuando te devolvía sueños e ilusiones, en forma de melodiosas canciones, sin rencores - puras versiones -, de las mismas pasiones que me dabas mientras me decías “estoy enamorada”... mirá si estabas inspirada...

Me gustaría volver y ver si en mi buzón siguieron llegando cartas.
Pero no puedo.
Estoy rodeado.
No los puedo ver, pero estoy rodeado.
Están ahí, te lo juro, están ahí.

lunes, 27 de abril de 2009

Sus labios rojo humo




Ella nos vacilaba, nos tiraba pequeñas puntas.
Era todo un mapa, pero la luz era muy tenue y ninguno tenía anteojos.
Ella hablaba.
Al otro le importaba, las bujías me decían algo más importante en ese momento.
De repente cuando ella dejó de hablar, las bujías solamente parloteaban sobre lo que habían visto en TV.
Hablaban sobre culos y tetas, lo que me gustaría tener en este momento en mis manos.
Vamos a un hospital para autos.
A mi me parecía que además del los típicos comentarios sexistas, el motor andaba lo mas bien.
Pero ella seguía dándonos caña con que teníamos que internarlo.

Pasaron dos meses, de ella no se nada.
De mi auto tampoco, pero lo pienso recuperar.
No como a la otra frígida que me dejó al no tener auto.
Al otro no lo vi mas, creo que se fue a tocar a una banda de punk.
Para mi le faltaba nafta, era un revolucionario conformista.
Me corroía la ira de que tal vez se la haya volteado y yo me encerrara en el baño matándome a pajas, con la culpa de haber dejado el auto en ese hospital de mierda.
Estaba casi como nuevo!!!

Me hubiera quedando hablando con mi auto sobre tetas y culos, sobre lo puta que era tal mina o sobre lo que fuera.
Todo por estar con esa boluda hablando de alguna coludes que ahora no recuerdo.
Tal vez nunca la escuche, pero escucharla toda la cena ya fue demasiado.
El bife de chorizo estaba bueno, las papas estaban alucinantes.
La cagó la mina, todo el día hablando de giladas.
También la cagó el otro pajero, todo baboso, siguiéndole el cuento a la otra.
Imagínate si se robaban el auto…
Tiene la mejor alarma, seguro que va a sonar.
Seguro que esta boluda esta hablando para tapar el sonido de la alarma. Que hija de puta.
Y este boludon acá apurado… ¡por dios! ¿No ve que el bife de chorizo está buenísimo?
Quiero disfrutar en paz.

Estos dos meses fueron los más ocupados de mi vida.
El día se corría para llegar a la noche, que duraba años.
El kiosco se quedo sin preservativos y el viaje a la farmacia eran 2 cuadras insufribles.
Los gemidos de las chicas me dejan aturdido hasta el día de hoy.
Pero algo no encaja en esta utopía.
Y ahora lo recuerdo.
Tengo que ir a buscar el auto… pero no se donde…
Creo recordar algo de aquella noche…
Después de deambular horas por la ciudad creo reconocer el afamado hospital.
Toco la puerta, me abre el pajero punk.
Algo me decía que el auto estaba en el garaje del edificio…
Algo no… mi memoria, que está tan avispada como siempre.

Me hace pasar, con una sonrisa de oreja a oreja.
Yo solamente quería el auto…
Cuando de repente, abrazándome me dice:
- si amigo, el auto lo tengo yo.
Entregándome las llaves y dirigiéndose al ascensor me contaba de la magnifica noche que habíamos tenido.
Me abre la puerta del garaje, me subo al auto.
Todavía no podía reconstruir la historia que me contaba, pero al final todo encajó en su lugar con su despedida:
“que minusa que te conseguiste el otro día, boca sucia como pocas. Pero rendidora como pocas. Nunca pensé que iba a ir al frente, menos hacer todo lo que nos estuvo diciendo. Por suerte que mandaste la excusa del auto, y por suerte estaba cerca mi casa. Lastima que fue mi ultimo garche en dos meses, pero bueno, te devuelvo el autito que debes estar como loco.”

Luego de esa charla puse en venta mi auto…
Por las dudas, si en un clasificado ven un volkswagen polo classic rojo, no lo compren.

Cuento: Mi casa y los perros (¿?)




El titulo me lo paso por la pija, la idea es que lean el puto cuento y listo.

Corta la bocha.

5 perros negros descansaban en el pórtico de mi casa.
Yo estaba mirando la tele, tranquilo, como siempre.
No entendían que me molestaban.
Miro por la ventana, pero los guachos siguen ahí, como si nada.
Y de nada LAS PELOTAS, ahí de nada había poco. 5 perros, para ser mas exacto.
Yo les iba a demostrar que me molestaban, entonces maté a 1 de ellos.
Los hijos de puta seguían ahí, y no solo eran 4 perros, ahora eran 7 perros, los 4 negros de antes + 3 medio violetas.
Como vi que fue bastante divertido matar al otro perro, en lo mas profundo de la punta de mi pija, me sentí un poco mas feliz, mas perros para mostrar que me molestaban, xq al parecer ellos no entendían mis acciones fáciles de entender.
Esta vez se me ocurrió la idea de tirarles un poco de carne con veneno, nada raro.
Los 4 perros negros se la comieron toda ellos solos, al parecer los otros perros son tan pelotudos para darle lugar a los otros negros, por el simple hecho de llegar primero.
A esos 3 perros violetas, les siguieron 2 perros medio amarillitos y 2 cuervos, listos para carroñar un poco de los demás perros.
Era un poco de noche, así que me acosté.
Los putos cuervos no me dejaron tranquilo toda la noche.
No solo no entendían que me molestaba el simple hecho que estén cerca de mi pórtico, sino que (peor aun), no entendían que me molestaban sus chillidos, y su forma de comer.
Por suerte uno es una persona precavida, y esta listo para estos casos.
Un par de disparos y los cuervos cayeron como cuervos baleados (¿cómo mierda iban a caer sino?)
Los 2 perros amarillentos se fueron corriendo al escuchar el estruendo.
Pero TE JURO, que los 3 perros violetas fueron tan hijos de puta que se quedaron ahí.
La cosa era fácil, los tenia que matar, y eso que yo les quería enseñar a llevarse bien con los humanos (me reconozco como docente), pero los hijos de puta no se querían ir.
La vida misma me dio la oportunidad de poder comprar un par de granadas, por si acaso, madre natura es caprichosa y dios abre ventas y puertas, y toda la gilada. La moraleja era que iba a hacer mierda a esos perros peteros.
Para no dañar mi pórtico, les tire carne en el medio de la calle, a la cual los perros hicieron caso omiso.
Los hijos de puta se la estaban jugando, esto era personal.
Me subí al techo de mi casa, y con mi rifle de precisión (que tenia en mi cuarto, xq uno nunca sabe a que distancia puede encontrarse el enemigo) comencé a disparar.
3 disparos, y eso que se creían tan vivos, ahora van a tener que creerse tan muertos.
Una de esas ironías que la vida te regala día a día, y uno tiene que aprender a gozar, xq sino uno seria un viejo choto y amargado.
No más perros. Por fin.
Ahora los hijos de puta que se quieran venir a hacerse los interesantes a mi puerta, lo van a pensar 2 veces.

El resto de la noche no pude dormir.
Seguro que iban a volver a romperme las pelotas.

Pasaron semanas sin poder dormir, y ellos no volvían.
Debían haber aprendido la lección (cosa que no me resultaba rara, siempre fue un gran educador).

Me puse a mirar la televisión, y… ¿qué mejor que Animal Planet para festejar mi reciente victoria?
Estaban dando un concurso, una carrera de perros, para ser mas especifico.
Luego de 2 horas de mirar el programa, decidí que esos perros eran bastante boludos, por lo tanto, yo tenía que ganar esa carrera, para mostrarle, que eran bastante boludos.
Los 2 perros amarillos, esos seguro que ganan, fueron tan vivos como para salir corriendo con los disparos.
Corriendo un par de cadáveres y tapándome la nariz fui en busca de los galgos dorados.
Luego de caminar por una hora encontré a uno del par.
Ahí comiendo de los basurales, era tan pelotudo como los perros violetas.
Debía haber corrido siguiendo al otro perro, mucho más astuto.
Con ese no iba a ganar ninguna carrera, solo me quedaba sacarle el sufrimiento con mi cuchillo de bolsillo (que siempre resultaba mas útil de lo que parece).
Luego de pasar… 1 o 2 meses buscando al otro can, lo pude encontrar.
Ahí, durmiendo bajo un árbol en una tarde calurosa, como un rey.
Ese era el perro que estaba buscando.
Decidí volver a mi casa, dispuesto a entrenar al perro y volverlo un campeón.
Caminamos un tiempo largo mientras el me daba muestra de su astucia.
Su caminar era imponente.
Creo que ese perro es mi versión canina.
Dios debía estar mirándonos y debía estar asombrado por su propia obra.
Que casualidad podría existir de que yo me encuentre con mi yo canino?
Llegamos a casa.
Las ventanas estaban abiertas.
Había 3 intrusos en la casa.
Si tuviera que describirlos, creo que lo único que atinaría a decir es que son bastante violetas.
Las llaves no entran en la cerradura.
Veo una imagen violeta en el techo de mi casa, tiene en sus manos un rifle.
De repente veo un par de cuervos mirándome… se están relamiendo.
Salgo a correr, mi dorado can corre detrás de mí.
Dos balas le bastaron.
Ni mi dorado perro ni yo pudimos eludir las balas.

Siempre me quede con la duda de si era mi verdadera casa.
Siempre me quede con la duda de si el dorado can era mi viva imagen.
Siempre me quede con la duda de si hubiéramos ganado la carrera.
Siempre me quede con la duda de elegir a los 3 perros violetas.
Siempre me quede con la duda si hubieran sido una buena mascota.